martes, febrero 18, 2020

Sones

lunes, julio 31, 2006

Syd Barrett (1946-2006) y III

RUTA SONORA

La Jornada 30 julio 2006

Patricia Peñaloza

Foto

De izquierda a derecha: Nick Mason, Syd Barrett, Roger Waters, Rick Wright, y abajo David Gilmour, entre enero y abril de 1968

A ALGUNOS ESTA APOTEOSIS sobre Syd Barrett les parece sobrada. Y es que, el que nuestro finado personaje (7 de julio) ingiriera tanto LSD como para quedar fuera de la realidad a los 24 años, en contraste con la gloria que luego cubrió a Pink Floyd , le suele merecer descrédito. Quizá se le respetaría más de haber muerto joven; pero como lo ven cual "pinche drogadicto que se quedó en el viaje", no es así. Mas no se inquieten, hoy acabo. Quizá si no hubiera muerto, jamás habría escrito de él. De hecho, será raro que vuelva a hacerlo.

Mirada sin brillo

EN PLENO ESTRELLATO por la edición de The piper at the gates of dawn (abril 1967), Syd se fue a vivir a un apartamento en Cromwell Road, Londres, donde el LSD, auspiciado por Nigel Gordon , corría sin restricciones. Los nueve meses que vivió en ese lugar (el diseñador de sus discos, Storm Thorgerson , lo sacó de ahí, algo tarde) coincidieron con su rápida desintegración mental. Su mirada perdió brillo, su sonrisa se esfumó. Su comportamiento fue cada vez más disparatado; se volvió imposible trabajar con él, en vivo y en estudio. Por ello, Roger Waters llamó al guitarrista David Gilmour , amigo de Syd, para que le supliera en los conciertos (enero, 1968). Mas no tenían corazón para correr a Barrett, por lo que en marzo acordaron que éste sólo compondría y grabaría, sin tocar en vivo. Pero esto no pasó. Syd no compuso mucho, y los pleitos entre éste y Waters aumentaron, hasta que el segundo echó al primero del estudio; quien terminó de grabar fue Gilmour. La alineación de cinco miembros duró cuatro meses, pues todo se volvió inoperante. En abril, EMI publicó que Barrett estaba fuera. Y aunque había compuesto más canciones (fueron rechazadas), de él sólo quedó grabada, para A soucerful of dreams (1968), Jugband Blues, fina pero dolorosa: "Debo aclarar que no estoy aquí / me pregunto quién escribe esta canción... ¿Qué es exactamente un sueño, y qué es una broma?" Syd parecía consciente de lo que le pasaba.

La risa de Syd

CON TODO, A un mes ya grababa su disco solista. Lo acabó hasta 1969. The madcap laughs (El loco se ríe; enero, 1970) ingresó al Top 40. Lo produjo Malcolm Jones , con ayuda de Gilmour y el bandón Soft Machine . Su lucidez creativa parecía volver, así que grabó Barrett (noviembre, 1970), producido por Gilmour y el tecladista de Floyd, Rick Wright .

LAS GRABACIONES FUERON difíciles: Syd se comportaba cual niño errante. En The madcap..., en el cual toca siempre fuera de tiempo, se percibe la condescendencia que le tuvieron; su fragilidad se muestra al máximo, y aunque sus letras retratan una sique dañada, los temas poseen una curiosa inventiva melódica. Con casi sólo voz y guitarra, sus composiciones son tan flamantes que trascienden su maltrecha ejecución. En el disco Barrett, Syd se oye menos dañado; está mejor producido, y posee temas más oscuros, lúdicos, emocionales. Oírle con atención es tener claro que de este creador proviene mucho de David Bowie , Beck o REM .

ASIMISMO, QUEDA CLARO que el Floyd de Waters no sólo fue marcado por la semilla sónica de Syd, sino por el desconcierto que les provocó su locura. Brain damage (Daño cerebral), del Dark side of the moon (1973) es obvia ("hay alguien en mi cabeza que no soy yo..."); The Wall (1979) también tiene que ver con él. La música de Pink Floyd, dice Tim Willis , biógrafo de Barrett, "es una versión sofisticada de lo que hacían con él": esa intención experimental, atmosférica, con voces lánguidas y letras introspectivas.

Brilla, diamante loco

SU RETIRO A casa de su madre (Cambridge) fue inminente. Nunca se recuperó del todo; sólo se dedicó a pintar. Recordar sus días con Pink Floyd le causaba depresiones, por ello estuvo alejado. Aunque famosa es su aparición en 1974, en el estudio, mientras Pink Floyd grababa Wish you were here , disco dedicado a él; de éste, reza Shine on you, crazy diamond: "...cuando eras joven, brillabas como el sol... ahora tu mirada es como dos hoyos negros en el cielo... atrapado en el fuego cruzado de tu niñez y el estrellato... nadie sabe dónde estás, qué tan lejos o cerca... ¡vamos, profeta, pintor, flautista, prisionero... brilla!" Y en Wish you..., dicen a Syd no estar mucho mejor: "Somos dos almas perdidas en una pecera, año tras año, corriendo sobre el mismo suelo. Mas, ¿qué hemos hallado? Los mismos viejos temores".

BARRETT NO BUSCABA criticar al sistema, sino inventarse un lugar fantástico para vivir. Dice Peter Jenner , su antiguo manager: "El último periodo en que fue feliz, fue antes de que muriera su padre; siempre buscó regresar a su niñez: era su refugio". Y sí. A la Rolling Stone dijo Syd en 1971: "Lo único que deseé desde niño fue tocar bien la guitarra y brincar por doquier".

COMPARADO POR LA crítica inglesa con el poeta Hilaire Belloc , Barrett fue un diamante en bruto a quien el "viaje" le impidió mostrar toda su inventiva, pero que sin su locura, el Floyd de Waters y Gilmour no habría existido jamás. Brille por siempre, Roger Keith Barrett.

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sábado, julio 22, 2006

Syd Barrett (1946-2006) II

RUTA SONORA

Patricia Peñaloza
Syd Barrett (1946-2006) II

A PROPOSITO de la muerte (7 de julio) de uno de los músicos más significativos del rock del siglo XX, Syd Barrett , identificado por haber infundido alma inicial al histórico combo inglés Pink Floyd , este apartado delineó en su entrega pasada (15/07/06) algunos trazos sobre su aportación sonora y conceptual (piedra de toque del movimiento sicodélico, tanto en lo musical como en su imaginería y propuesta visual), así como algunas compasivas justificaciones sobre su consumo excesivo de LSD, sicotrópico que al principio se sumó a su profusa imaginación, para ayudarle a componer música y letras inusitadas, pero que a la larga lo llevó a la desconexión de la realidad. Hoy, más de su saga biográfica, para que no se quede sin saber quién era.

Del r&b al fluido rosa

ROGER KEITH BARRETT creció en un hogar de clase media en Cambridge, Inglaterra. De niño mostró afinidad por la música y la pintura. A los 11 ya tocaba la guitarra, y su afición era el blues tradicional. Adquirió su sobrenombre a los 15 años, en el Riverside Jazz Club, donde los parroquianos lo apodaron así en referencia a un baterista local de jazz: Sid (ney)
Barrett . El mote siguió en la escuela, pero él lo cambió a Syd. En 1961 formó su primera banda, Geoff Mott and the Mottoes , muy a lo Cliff Richards & The Shadows . Todo era feliz hasta que su padre murió en diciembre de ese año. Dicha pena lo marcó irremediablemente.

A LOS 16, compuso Effervescent elephants y Golden hair (ésta, una musicalización del poema Chamber music, de James Joyce ), que años después grabaría en sus discos solistas. Su estilo base (melodías distinguibles y rimas humorosas) estaba inspirado en el cantante folk y contador de
historias inglés Edward Lear , así como en Bob Dylan , a quien imitaba hasta en el pelo. En 1963 conoció a Roger Waters , estudiante de arquitectura, en la London's Camberwell Art School; éste ya tenía su grupo, cuyo nombre varió de Sigma 6 a The Tea-Set , y The Abdabs . Waters, quien tocaba el bajo, pidió a Barrett que se le uniera; ahí ya estaban Nick Mason (batería) y Bob Klose (guitarra). Luego entraron Rick Wright (teclados) y el cantante Chris Dennis ; intentaban tocar como los Rolling Stones . Pero el liderazgo de Syd le llevó a cambiar el nombre a The Pink Floyd Sound , en honor a dos blueseros de Georgia, Pink Anderson y Floyd Council ; el juego de palabras también resultaba significativo para la sicodelia que proponía: "fluido
rosa".

EN EL VERANO DE 1965, Syd se hizo amigo de David Gilmour , un talentoso guitarrista de 14 años, quien en unas vacaciones en París ayudó a Barrett a perfeccionar su técnica; Gilmour a su vez integraba Jokers Wild , banda de rythm & blues. El debut del fluido rosa, a finales de ese año, aún sonaba a r&b. Dennis y Klose, más jazzeros, salieron pronto. Con Barrett al mando, Pink Floyd consolidó su sonido cósmico, imaginativo, con juegos de luces que hasta entonces nadie aplicaba en escena.

EL GRUPO SE MUDO a la capital británica, y en sólo un año Pink Floyd (a secas) era la banda más influyente del subterráneo londinense. Tras dos exitosos sencillos, Arnold Layne y See Emily Play, la disquera EMI les ofreció el estudio Abbey Road para que grabaran el deslumbrante The piper at the gates of dawn (abril de 1967), disco casi de su autoría absoluta, inspirado en la novela The Wind in the Willows, de Kenneth Grahame. Barrett tenía la cualidad de ofrecer ambientes y letras naïve, alegres, pero a la vez siniestras; tonadas melancólicas, paisajes surreales, atmósferas que iban de lo lúdico a lo místico. Un autor de delicada belleza pero espíritu oscuro. De este disco, Rick Wright dijo en 1996: "Amo escucharlo sólo por las canciones de Syd. Pero es muy triste: me hace ver que hoy él sería uno de los más finos compositores del mundo".

DATO POCO DIFUNDIDO es que mientras Pink Floyd grababa The Piper... en el Estudio Uno, los Beatles grababan en el Estudio Dos el Sgt Pepper's Lonely Hearts Club Band . Peter Jenner , manager en jefe de los primeros, relata: "estoy seguro de que los Beatles estaban copiando lo que hacíamos... ¡así como nosotros les copiábamos lo que oíamos en el corredor!" Cuando los de Cambridge entraron a conocer a los de Liverpool, mientras éstos mezclaban Lovely Rita, Paul Mc Cartney le dijo a Syd que lo que estaban haciendo era único y sumamente creativo. (Esperen el último tramo.)

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sábado, julio 15, 2006

Syd Barrett. 1946-2006 (I)

Patricia Peñaloza - La Jornada

Foto

El legado que Roger Keith Barrett aportó al rock del siglo XX ha sido de los más significativos, pero también minimizado. Arriba, Syd y su característica cabellera enmarañada

EL 7 DE julio, el mancillado cuerpo que contenía el cerebro dislocado y la tristeza enigmática de Syd Barrett , conocido ambiguamente como el "fundador de Pink Floyd ", terminó de reunirse con esa otra parte de su mente, la cual había comenzado a escaparse de la supuesta coherencia de este mundo alrededor de 1967. Los reportes médicos indican que padecía diabetes, pero sus fuentes más cercanas aseguran que dejó de existir a causa de un cáncer de páncreas, lo cual no sería raro, pues su padre murió también de cáncer. Lo que los reportes tampoco recuerdan del todo, es su legado, la importancia de su mito sobre el orbe musical.

Cubos de azúcar

EN EL VERANO de 1965, los mozuelos Ian Moore y Nigel Gordon ofrecieron una gran fiesta en un jardín cercano a un bosque de los suburbios de Cambridge, Inglaterra. Estaban muy entusiasmados porque por fin iban probar la droga sensación; para ingerirla, generosas dosis de LSD-25 puro, en líquido, eran vertidas sobre pequeños cubos de azúcar. Cuando arribó Roger Keith Barrett , ya entonces conocido como Syd , cuyo padre había fallecido cuatro años antes, un mes antes de que el recién llegado cumpliera 16, no dudaron en invitarle de su nueva golosina: "siempre lucía encerrado y obsesionado en sí mismo, ansioso y tenso, así que pensamos que sería buena idea", diría Gordon muchos años después. El chamaco líder, popular, de habitual sonrisa, ojos grandes y expresivos, pelo hirsuto y amables modos, no sabía que esas primeras 12 horas de coloridas percepciones, entre árboles, frutas y personajes de su infancia, marcarían para siempre su brillante pero a la vez fatídico destino: el de uno de los músicos más significativos, pero también minimizado, del rock del siglo XX.

INDEPENDIENTEMENTE DEL HECHO hoy sobrentendido, de que el poder infiltraba las drogas "expansivas" para engatusar a las lozanas generaciones de los años 60, como joven inquieto y creador de su tiempo, a Barrett le habría sido prácticamente imposible abstraerse de dicha experiencia, tal y como no lo evitaron los más renombrados artistas y músicos de su época. Lo desafortunado es que, siendo la mente de Syd un amasijo de ansiedades y obsesivas preguntas sin respuesta; casi un niño jugando con fuego, poseedor de una innata psique dañada, habría de encontrar en el LSD su aparente libertad hacia una deslumbrante percepción que lo llevó a crear, antes que nadie, sonoridades que marcarían un sello indeleble: un precedente que a la par de muy pocas agrupaciones (además de la que él bautizó y diseñó, Pink Floyd), cambió el rumbo de la música pop, y que hoy día sigue influenciando y maravillando hasta a los más morros.

Mesías sicodélico

PARA MUESTRA, ESTE botón. Antes de que esta banda interpretara Insterestellar overdrive, incluida luego en su primer larga duración, el asombroso The piper at the gates of dawn ("El flautista en los umbrales del amanecer", agosto de 1967, icono de la sicodelia británica), y de sus exitosos sencillos previos, Arnold Layne y See Emily Play (inicios de 1967), pocos habían jugado con el feedback del modo en que él lo hacía; pocos habían hecho de la guitarra eléctrica más que un instrumento de notas y acordes definidos, una fuente de ambientaciones y desquiciados paisajes sonoros. Dice quien fue el primer manager de Pink Floyd, Andrew King : "Interstellar overdrive buscaba ser la réplica sonora de un viaje de LSD; dislocada y confusa, abandonaba las estructuras convencionales de la música. Quizá sólo The Who había incurrido en esa búsqueda, pero no de esta manera. Lo que sí es que para cuando ya la tocaban en vivo, en abril de 1966, el B-side sicodélico Rain, de The Beatles , aún no aparecía, y faltaban cuatro meses para que saliera Revolver ... Syd llegó a ese sonido tras escuchar en vivo, bajo LSD, El Mesías de Haendel; influenciado también por la forma libre de tocar de John Coltrane , Barrett buscó recrear la belleza que sintió en ese 'viaje'. Syd le dio a la guitarra un sonido enteramente nuevo: capas de ruido, slides muy particulares, ecos profusos... algo equivalente a la pintura expresionista: espontánea, colorida, primaria". Asimismo, denota qué papel jugaba en la banda, al lado de Roger Waters : "Por un lado, Barrett era el estudiante de arte, de mente abierta, que clamaba 'no hay reglas'; por el otro, Waters era el precavido, ordenado y estructurado estudiante de arquitectura. De ser por Syd, no habría dejado de tocar una misma secuencia de acordes toda una noche; Roger ponía a los temas los límites y dinámicas para que sobre ellos pudiera correr libre Syd".

LA PARTE TRISTE es que el abuso en el consumo de aquello que le diera luz inspiradora, fue también su oscuridad. "Syd consumía drogas a carretadas", diría alguna vez el segundo miembro en importancia de Pink Floyd, David Gilmour . Y es que si por un lado la falta de precedentes musicales le hizo pionero al abordar estos sonidos, sin ser tampoco un guitarrista de excepción (por supuesto, el one and only era Jimi Hendrix ), la historia también carecía de precedentes impactantes en cuanto al consumo de este alucinógeno, que muy pronto comenzó a desconectar los cables elementales de la mente y el comportamiento de Barrett. Si bien su vestimenta colorida, así como sus imágenes sonoras y líricas, retrataban un delicioso coctel de imaginerías fantásticas y mitológicas, también llevaban el sello clásico de la esquizofrenia adolorida.

(Continuará).

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Brockman: "Hoy la cultura es la ciencia, los intelectuales de letras están desfasados"

CULTURE

Justo Barranco — 05/12/2005 — Barcelona

En 1959 el científico y novelista C. P. Snow publicó el libro Las dos culturas:de un lado, estaban los intelectuales de letras; de otro, los de ciencias. Snow lamentaba que, en los treinta, los primeros se habían apropiado de la palabra intelectual y sugería que una tercera cultura emergería y llenaría el vacío de comunicación entre los intelectuales de letras y los científicos.

Hacia principios de los años noventa, John Brockman (Boston, 1941), que en los sesenta ya había sido una curiosa mezcla entre artista y promotor del panorama multimedia de la época, y que desde los ochenta ejercía como agente literario, lanzó un manifiesto por la Tercera Cultura, aunque con un concepto diferente al de Snow: "La tercera cultura reúne a aquellos científicos y pensadores empíricos que, a través de su obra y su producción literaria, están ocupando el lugar del intelectual clásico a la hora de poner de manifiesto el sentido más profundo de nuestra vida, replanteándose quiénes y qué somos".

El sábado, Brockman participó en un encuentro sobre la Tercera Cultura en el marco del festival Kosmopolis en el CCCB. La Vanguardia habló con él antes del debate.

CIENCIA Y CONDICIÓN. La ciencia se ha convertido en manos de Brockman en un ramillete de best sellers a cargo de las primeras cabezas de cada área, en el bien entendido de que "los pensadores de la tercera cultura son los nuevos intelectuales públicos" y de que "la ciencia es la única noticia hoy. Y para la gente es muy importante. Tener un presidente progresista es importante, pero nadie votó la electricidad, internet, las pastillas anticonceptivas o el fuego. Las grandes invenciones que lo cambian todo, la tecnología, están basadas en la ciencia". "Y es importante participar en sus preguntas - explica- porque hoy la cultura es la ciencia. Por primera vez la biología de la mente puede estudiar humanos y obtener conclusiones en las que podemos confiar, algo diferente a las ciencias sociales o a la aproximación psicológica", enfatiza.

La Tercera Cultura "trata de que todos se puedan comunicar, de que no escriban sus ideas en revistas minoritarias a las que no tienen acceso los demás, y de que se cree "una gran conversación" entre todos.

LO QUE VIENE.

Entre las ideas que llegarán más tarde o más temprano por aquí, destaca las del libro Your inner fish (Tu pez interior) ,aún no publicado, de Neil Shubin, un paleontólogo de Chicago que cree que no necesitamos explorar el desierto de Gobi para saber de dónde venimos: nuestro interior guarda, según él, en los huesos, genes y órganos, una rama entera del árbol de la vida. Para Brockman, los intelectuales de letras de toda la vida están desfasados, siguen manteniendo las mismas batallas que cuando él era joven. Sólo hay una diferencia: "Están cada vez más marginados". Por el contrario, John Brockman se enorgullece de haber pasado de libros científicos en editoriales universitarias a best sellers, porque "la gente necesita conocer".

martes, julio 11, 2006

A

Abraham amaba a Sara cada mañana clara: pasaba la manaza, arañaba la lana, arrancaba la bata, la abrazaba; clavaba las garras hasta matarla. Sara atarantada callaba harta, Abraham la cansaba. "Ya nada habrá -mascaba tras la sábana-, ama a la mala: ataca, aplasta, brama". Abraham acababa, apartaba la cara, jamás apagaba la flama a Sara, gran dama avasallada; daba palmadas a la santa, la llamaba "alma"; mas jamás la agradaba. Fracasaba la casa blanca, la sagrada paz. Sara maltrataba a Abraham: "¿Habrá raza más mala para la cama?", ladraba. Abraham agarraba la garganta a la casta casada, la arrastraba a la sala. Sara sacaba las palabras más bravas, las dagas pasmaban la faz al papanatas. La batalla avanzaba hasta alarmar a Satanás. "¡Sarna! ¡Alacrán fatal!", bramaba Abraham. "¡Can! ¡Patán anal!", balaba Sara. Más avanzada la mañana, para hallar más armas arrasaban la casa, a la par lanzaban lámparas, tazas, navajas hasta sangrar. Para acabar la tanda, las almas atajaban las bravatas, tragaban carcajadas amargas, ataban máscaras aplacadas a la cara.
"Anda haragán, a trabajar para ganar la plata", cantaba avara Sara, amarrada a la más vana maldad: mandar para calmar la falta, agachar al canalla, calar más. Abraham, fantasmal facha, agarra la pala, zafa la aldaba, baja a la calzada, pasa la barranca hasta hallar la cabaña. Allá pagaban tan mal; mas Abraham cargaba las trancas más anchas, alzaba las bardas más altas, amasaba argamasa, clavaba tablas, trazaba largas zanjas. Trabajaba hasta abaratar la paga. Magna transa. Tan gran afán para nada, la grasa baña las barbas a Abraham; mas la talla nada más agranda la panza al capataz.
...
 
Oscar de la Borbolla, Las vocales malditas

XXVII

El buen caminante no deja huella.
El buen orador no necesita ofender.
El buen calculador no necesita ábaco.
Quien sabe cerrar no precisa candado ni llaves,
y sin embargo, nadie puede abrir lo que él cierra.
Quien sabe atar no necesita cuerdas ni nudos,
y sin embargo, nadie podrá desatar lo que él unió.
 
El Sabio siempre halla el modo de ayudar a todos,
sin rechazar a nadie por motivo alguno.
Siempre sabe como utilizar bien las cosas,
por eso no existen cosas inútiles para él.
 
Esto es brillar con luz propia.
Así el hombre Sabio es el maestro del hombre inferior,
y el hombre inferior es la materia del hombre Sabio.
 
Quien no ame a su maestro,
ni ame a la meteria con la que trabaja,
siempre será un tonto, por mucho que sepa.
 
Este es el gran secreto.
 
    LAO TSE - TAO TE KING

lunes, julio 03, 2006

Fragmento del poema filosófico de Parménides

Fragmento del poema de Parménides en el que se expone la vía de la verdad, según la versión de Agustín García Calvo.


7

Y mención ya sola de vía

60

queda la de que es. Mas por ella hay puestas señales
Muchas: que, al ser no nacido, es ello imperecedero,
todo en entero igual y sin muda, y bien acabado;
nunca ni fue ni será pues ahora es todo a la una,
uno en sí mismo y continuo. Pues ¿qué nacimiento buscarle?:

65

¿cómo crecido y de qué?: ni de nada que no sea nada
concebir te dejo o decir (que ni concebible o decible
es que no sea; y ¿qué falta además lo habría lanzado
antes mejor que después del no ser nada a criarse?;
así que lo que es ha de serlo de todo en todo o no serlo)

70

ni a bien de lo que era una vez habrá fuerza de fe que permita
que nazca algo más que ello mismo. Por tanto, nunca ni hacerse
ni perecer lo ha dejado Justicia aflojando sus hierros,
mas lo retiene. Y el juicio sobre ello está en lo siguiente:
o es o no es. Y juzgado, como es forzoso, ya queda

75

que una hay que dejar, la sin nombre ni idea (que esa ni vía
es de verdad), y la otra, como es, que así es verdadera.
Y ¿Cómo va luego, en siendo, a morir?, ni ¿Cómo a criarse?:
si se hizo lo que es, no lo es, y si un día va a serlo, tampoco.
Conque el nacer queda así y el incierto morir anulado.

80

Ni es divisible tampoco, pues que es igual todo entero,
ni mas por acá (lo que le impidiera ser uno consigo)
ni por acá algo peor, sino que es de su ser todo lleno;
así que es todo continuo: que, siendo, a lo que es sigue junto.
Mas luego, quieto y sin muda, en linde de recias prisiones

85

está, sin comienzo, sin cese; que ya el deshacerse y hacerse
lejos se fue a perder y lo echó la fe verdadera.
Y, siendo lo mismo, en lo mismo quedando, yace en sí mismo;
conque firme allí mismo se está: que necesidad poderosa
en las prisiones del cerco lo tiene que todo lo abarca;

90

que es que no es de ley que lo que es no sea completo:
pues nada le falta; y si no, tendría falta de todo.
Y el idearlo es igual que aquello de que ello es idea:
pues, sin lo que es lo que es, en lo que está titulado,
no encuentras el concebirlo: que cosa no es ni ha de serlo

95

más que eso es que lo que es, toda vez que su sino lo ha atado
a ser total y quieto. Así que será todo nombres
cuanto han convenido mortales, verdad creídos que era,
lo de que nace y perece, aquello de serlo y no serlo,
lo de cambiar de lugar y mudar las espléndidas tintas.

100

Mas, como hay un último linde, es cabal y acabado
por doquier, semejante a la masa de bienredonda pelota,
del centro en todo sentido igualado: pues ello ni debe
ser mayor por acá o por acá menor para nada:
que ni nada habrá que, sin ser, pararlo pueda en llegarse

105

a lo mismo, ni siendo lo habrá, para hacer que fuera de aquende
más de lo que es o allende menor: que es todo sin mengua:
pues, igual por doquier a sí mismo, lo mismo en su límite reina.

Aquí te me paro ya en la razón de fiar y la idea
en torno a verdad.

Según la versión de A. García Calvo en "Lecturas presocráticas", ed. Lucina, Madrid, 1981

viernes, junio 23, 2006

POEMA

Orlando Guillén
Admirable el arte de abrir la flor del arco
Admirable el arco que es como un surco que abre los brazos al hundirse
precipicio abajo,
el Uno ultánime en el Otro,
a mano mutua
Por entre las brasas dejo este cuchillo o zarza
o puñal o daga o colmillo en el espectro de la luna
Por entre el turbio tropel de los amigos vague
a compás de un aire de mujeres
Y vague por el pecho de las doncellas y por el pecho de las nodrizas
A poco hay lepra en el camino de los muertos?,
oh aves de rapsodia
Piernas de la Tierra que lame el agua,
aguaje bajo el boscaje de cascos en la envidia, en la emperatriz nutricia
y en el hijo del palo del boscaje
Bebo en la jícara del beso
En el pozo de los cerdos
Bebo en el baile que se agita a compás por la pradera
Y Onán orinó semen en la nada
Esquirlas entre el baile y los danzantes
:
puñal en un ojo de luna
puñal como un bajel de oro puesto a arder entre fiduciarios, fideicomitentes
y víctimas a mano de Penélope
Y entre los agujeros y la red de redilas en la horca
Vanos niños al patíbulo
Los sordos Las orejas de quiénes
puestas a arder por los muertos
Vanos niños al patíbulo